Hicieron público el caso y la respuesta no tardó en llegar. Después de que ayer LA GACETA publicara la denuncia de un matrimonio contra tres policías de la seccional 13ª por abuso sexual y apremios ilegales, el jefe de la fuerza Jorge Racedo anunció la separación de los uniformados.

"Recibimos la denuncia y ordenamos la separación administrativa del personal hasta que se complete la investigación", informó la máxima autoridad policial.

El hecho denunciado por Franco Massian y Patricia Salas ocurrió el domingo a la madrugada, cuando el matrimonio llegaba en auto a la casa de un amigo, en Inca Garcilaso entre Amador Lucero y Chiclana. Según dijeron, los policías los obligaron a descender del vehículo, acusándolos de haber estado corriendo picadas, y llevaron al hombre a la comisaría. Allí le sacaron los dos teléfonos celulares que tenía y la billetera con $ 1.200.

En cuanto a la mujer, la trasladaron en una camioneta a esa misma dependencia. "Me decían que había una manera para que mi marido saliera rápido, y que no era plata lo que querían", relató Salas, que además aseguró que fue manoseada por el conductor del vehículo.

Ambos denunciaron que intentaron llevar a un cuarto a la mujer y que golpearon al hombre, a quien amenazaron con iniciarle una causa por drogas o cualquier otro delito.

Más tarde -agregaron- llegaron los padres de Massian y uno de los jefes de la comisaría les cobró 1.000 para liberar al matrimonio. Una vez que recibieron el dinero, los uniformados le devolvieron la billetera vacía y sólo uno de los teléfonos celulares.

Massian y Salas relataron esos hechos en la Fiscalía de Instrucción de la X° Nominación, a cargo de Guillermo Herrera, donde denunciaron a los policías por abuso sexual simple, privación ilegítima de la libertad, vejaciones y apremios ilegales.